Los versos me los dicta su boca, ya que no la puedo besar.



Ahora cuando la veo pasar delante de mis narices sin que ella si quiera note mi presencia se me rompe el universo y no, no te atrevas a llamarme exagerado. 
Creo que tú aún no has visto su sonrisa a menos de dos centímetros de tu boca, aún no has escuchado su risa mientras te mordía el lóbulo inferior, aún no ha besado cada rincón de tu cuerpo mientras te miraba preguntándose si lo estaba haciendo bien. 
Tú no has visto cómo se quedaba dormida sobre tu pecho mientras le acariciabas el pelo y ella recorría con sus dedos las líneas de tu mano, tú no has paseado por cada milímetro de su anatomía con las yemas de tus dedos, tú no has visto cómo curva la espalda y se muerde el labio inferior al mismo tiempo.
Tú aún no la has visto dejarse llevar en todos los sentidos que se puede dejar llevar una mujer, tú no la has oído desgarrar el aire con sus gritos de placer, tú no has tocado el cielo mientras ella te tocaba a ti. 
Tú no sabes nada de ella, así que hazme el favor de no decirme que exagero si te digo que pienso que desde que no se pasa por esta habitación mi universo está roto y que creo que será muy difícil que otra sepa cómo arreglarlo.

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