Y acabar fundiéndome con la música que araña tu abdomen.


Me hablas como si nada hubiese sucedido entre tú y yo, como si la última vez que nos vimos nuestras miradas no hubieran experimentado una caída libre a cuarenta mil pies de altura, como si cada vez que nos rozamos medio queriendo medio sin querer nuestro corazón no fuese al compás de nuestros deseos, como si cada noche no hubieras soñado tenerme entre tus brazos, como si no supieras que cada noche lo único que deseo es que me tengas entre tus brazos. Disimulas, siempre lo has hecho. Lástima que conmigo ya no te funcione. No me sirven tus ojos cuando interpretan el papel de no sentir nada, no me sirven tus palabras amargas sin ese toque de sal azucarado que siempre solías echarles, no me sirve tu pelo jugando a perecer descuidado para que parezca que no te importa tu imagen cuando sabes que ''por casualidad'' nos vamos a encontrar, no me sirve nada de lo que haces por conseguir que crea que me has dejado atrás, a mi y a nuestros recuerdos. Deja de fingir que me has olvidado, no te sienta nada bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

.