'Si los árboles se desnudaban,
¿por qué no lo iban a hacer tamibén ellos?'


Mi espejo está cansado de escuchar cómo siempre le prometo que será la última vez que dejaré que unas manos que no sean las mías me desnuden.
Ya hace tiempo que me prohibí escuchar la banda sonora de Moulin Rouge un domingo por la tarde mientras me bebía una botella de vino, pero bueno, aquí me ves.
Quiero aprender a bailar tango, a bailar lujuria, a bailar pasión, a bailar haciéndote el amor sin tocarte. A bailar y así lesionarme el cuerpo y no el alma.
Quiero volver a casa con la liga en su sitio, las bragas puestas y el corazón bombeando sagre y no alcohol barato del chino de la esquina.
Quiero devorarme el pistoletazo de salida que le dan al sol cada amanecer, pero sin un alcohólico de tres al cuarto babeándome la almohada en la parte izquierda de mi cama.
Quiero digerir la soledad de una noche sin pernoctar con ausencia de lágrimas en mis ojos.
Quiero saber qué se siente cuándo te idolatran a ti y no a lo que tienes entre los muslos.
Quiero querer y esta vez de verdad.

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