'Desde entonces ella dejó de conformarse.'
 
 
  
De cuando las noches no están a la altura y aún así el vértigo de mirarlas desde la misma perspectiva acojona, pero no te creas, que de otra la sensación no resta importancia.
Me das vértigo. Nos damos vértigo.
Ya no sé qué espero, qué ansío, qué pretendo, qué intento, qué quiero, qué hago.
Discúlpame, creo que estoy demasiado tiempo intentando odiar todo lo que antes me daba la vida y, bueno, al final el periodismo no deja de ser una parte que hay dentro de mí.
No sé qué, de verdad, que no.
Pero... Bueno, me apetece morderte el labio inferior. Así, sin más.
Perdóname, por soltarlo así, sin anestesia, pero hay nubes en el cielo o contaminación, ya no sé.

1 comentario:

.