no he olvidado tus instantes


Sonaba un piano de fondo interpretando una melodía improvisada, como mis latidos. Si quiera soy capaz de diferenciar las notas, pero se me da bastante bien dibujar claves de sol en do menor. Maldita dulzura la tuya que sobrecarga mis letras con una doble ración de azúcar, tal vez, puede que esa sea la esencia de mis palabras. Maldita dulzura la mía entonces, que trata de acaramelar mis amargos pensamientos para que alguien sea capaz de devorarlos. No, definitivamente, no. Maldita dulzura la nuestra, que desde que apareciste por aquí que veas la capital con mis ojos se está convirtiendo en el sueño oficial de mis noches en vela.

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