Tú no has tocado el cielo mientras ella te tocaba a ti.


No me preguntes porqué las calles de Madrid inspiran mis letras, no me preguntes porqué las tormentas de verano atormentan mi ya atormentado corazón y, por favor, no me preguntes porqué el olor del ardiente asfalto mezclado con la fría lluvia transportan mi mente a tu lado, yo tampoco lo entiendo. Últimamente me ha dado por buscar la suerte que antes me esperaba en la vuelta de cada esquina, pero parece ser que ahora se niega a aparecer a la vuelta de tu corazón. No soy quién para decirte lo que pasa entre mis dos pulmones, no soy quién para atraverse a aspirar a ocupar tu mente y, claro, tú no eres quién para dedicarme un par de segundos antes de dormirte. Imaginaré, soñaré o desearé, llámalo cómo quieras, un lugar en el que podríamos ser quién para sentir, para sentir ese algo que aún no sé qué es, sentir, sin adornos ni apellidos, simplemente sentir algo y que seas tú el protagonista de mis sentimientos.




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